El taller de Arte El Cubo, fundado el 15 de enero del 2008 por el grabador Miguel Angel Ochoa Rúa, es un espacio abocado a la educación y la creación artística a través de sus dos programas de formación: Programa de preparación para postulantes a la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú (ENSABAP) - Arte Católica (PUCP) y el Programa de experimentación en técnicas artísticas (con énfasis en dibujo, pintura, acuarela, escultura y grabado), ambos dirigidos principalmente a postulantes de arte, diseño, arquitectura y a público en general.

Cynthia Revilla Borda, es una de nuestras alumnas más destacadas, por esta razón ha sido premiada cuatro veces en nuestro taller. Dos veces por el taller de Pintura Artística, una vez por el taller Dibujo Artístico de la Anatomía Humana y una vez por el taller Técnicas Creativas de Ilustración.

Nuestro alumno Carlos Pereyra ha culminado el taller de Pintura Artística en nuestro taller y escribe este texto sobre su experiencia. Hace unos días terminé un curso de pintura, después de un año que pasó muy rápido. Aprendí muchísimo gracias al Taller de Arte El Cubo y al profesor Alexander Suarez.

El taller en mención busca, por medio de la elaboración de ejercicios colectivos y personales, la revisión de los momentos más importantes de la historia del videoarte y la instalación, construir una propuesta sólida enmarcada en el ámbito del arte contemporáneo.

Hace dos años y un poco más me propusieron dar clases de anatomía artística como taller libre. Yo estaba tranquilo en mi casa haciendo mis retratos como de costumbre.Una persona que estimo mucho me dijo que me había recomendado para dar dicho curso y me entusiasmó para presentar un portafolio con mis trabajos. El director del taller aprobó mi trabajo y me dio confianza para desarrollarlo a mi criterio salvando el espíritu tradicional de este arte, lo cual fue de mi agrado.

Cuando me recomendaron para una entrevista en “El Cubo", yo ya tenía experiencia dando clases en otros ambientes de estudio, pero en los cuales no encontraba los implementos necesarios para dar una buena clase de dibujo (yo me considero un dibujante que enseña al realizar), ni un ambiente tan apacible que me hiciese recordar a la Escuela de Bellas Artes, (era gracioso saber que el taller se encontraba tan cerca de mi otro centro de trabajo y yo por ser despistado ni cuenta me había dado).